Conversamos con Valentina Muñoz, quien nos contó su increíble viaje desde una edad temprana y su travesía por varios deportes antes de llegar al ciclismo. Valentina creció en Maquinchao, un pequeño pueblo al sur de la provincia de Río Negro. Antes de su amor por la bicicleta, probó suerte en el vóley y el fútbol. Pero a los 12 años, subió por primera vez a una bicicleta y encontró su verdadera pasión.

En su pueblo, enfrentó estereotipos de género que sugerían que andar en bicicleta era cosa de "niños" y no para mujeres. Además, nos contó sobre las dificultades, tanto sociales como económicas. Su bicicleta estaba compuesta por piezas donadas por otros, y a veces el municipio de Maquinchao la ayudaba para poder competir.

Valentina, en Maquinchao, fue la única mujer compitiendo en ciclismo en su momento y enfrentando así a categorías masculinas. Además, nos explicó cómo el clima adverso de su pueblo hacía que entrenar fuera un desafío constante, con el viento en su contra.

A pesar de todas estas adversidades, Valentina, hija de policías y con un padre apasionado por el ciclismo, entrenó con determinación y se convirtió en una de las mejores ciclistas a nivel nacional, ganando su primera medalla de bronce en los Juegos Evita.

Pero representar al país no fue fácil. Exigió ganar competencias y alejarse de su hogar durante varios días, entre otros sacrificios. Viajó por varios países representando a la Argentina, logrando éxitos notables en su carrera, incluyendo su participación en los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.

A los 17 años, tuvo el honor de dar un discurso en Grecia y encender la llama olímpica en el estadio Panathinaikos, siguiendo la tradición. Parte de su emotivo discurso decía: 'Mi sueño es ser olímpica, y la llama me inspirará para alcanzarlo. Puede ser que la Patagonia quede muy lejos de este hermoso estadio, pero les aseguro que el brillo de la llama no conoce distancias. Su resplandor está en los sueños de cada atleta que se esfuerza día tras día para triunfar en Buenos Aires 2018, y también en los sueños de nuestras familias, quienes nos apoyan para alcanzar más alto, ir más rápido y ser más fuertes. Muchas gracias'.
En la actualidad, Valentina sigue pedaleando con pasión y transmitiendo su conocimiento y experiencia. Está dedicada a inspirar a los más peques, a las futuras generaciones, para que persigan sus sueños y se conviertan en grandes deportistas. Tiene emocionantes proyectos en marcha y está en camino para hacerlos realidad.